Oí decir a una muchacha extranjera que una de las cosas que le sorprendían de nuestro país era que nos tomábamos la política como si España hubiese nacido ayer, al igual que esos países que recién alcanzada la independencia inician sus quehaceres políticos con el entusiasmo y, a veces, la torpeza de los novatos.
La cosa da para reflexionar. Es el nuestro uno de los países más viejos de Europa, con una historia apasionante, cuna de un pueblo extraordinario, de héroes, sabios, santos y navegantes. Pero también cantera de los dirigentes políticos más necios e incompetentes que los tiempos puedan contemplar.
Y no voy a hablar de los reyes godos o de la Edad Media, con todo lo que eso tenga de aleccionador. España nació verdaderamente como potencia europea con los Reyes Católicos. Buena cabeza sería la de Fernando de Aragón cuando Maquiavelo lo ensalzó en sus escritos como estadista inteligente y sagaz.
Espero que los esqueletos de mis profesores de Bachillerato no se remuevan en sus tumbas pero Carlos I(o V, como se empeñan aún en nombrarlo) y Felipe II no eran lumbreras precisamente. No les cuento sus hazañas, que para eso está la Historia. De los demás reyes que los sucedieron ¿para qué hablar?
Sólo durante el brevísimo reinado del borbónico Luis I pareció vislumbrarse un cambio en la política española, pero los menos de ocho meses de su reinado no dieron lugar a cumplir con las expectativas que se buscaban. Carlos III fue un paréntesis en nuestra historia del siglo XVIII. Quiso modernizar España y aun puso a cavilar a Inglaterra con aquello de las exploraciones hispánicas de la Columbia(Británica) y el asentamiento en Alaska.
Después, la cuesta abajo con Carlos IV y el funesto reinado de Fernando VII, seguramente el peor de nuestros monarcas. Con el siglo XIX los batacazos se sucedieron ininterrumpidamente y entramos en el siglo XX con la rémora de lo sucedido en la anterior centuria.
Así que hasta 1975 tuvimos una monarquía, una república, una guerra civil, una dictadura y, otra vez, monarquía. ¿Alguien da más?
Decía Cervantes que "la Historia era maestra de la vida". Nuestros políticos actuales no parecen haberse aprendido la asignatura.
En la próxima entrega hablaremos de eso.