Quiero narrar historias con moralejas y sin ellas, así como expresar mis pensamientos sobre este mundo en que vivo a través de mis artículos de reflexión
CUENTOS POR CALLEJAS
Hay base en la realidad y/o en la ficción en todo cuanto opino y/o narro.
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domingo, 11 de noviembre de 2012
EXTRAÑAS AMISTADES
Cuando era niño, los habitantes de España éramos machos o hembras. Cualquier "desviación" de uno de los dos géneros era considerada antinatural, una deformación pecaminosa del orden social. Gays y lesbianas eran seres "despreciables", cuando no objetos de burla.
He conocido algunos gays, en la terminología moderna, y eran buena gente cuyas inclinaciones tenían que ser disimuladas, bajo pena de sufrir los improperios de los demás.
Pepe era una de esas personas que tuve la ocasión de conocer y tratar. Era el arrendador del local en el que yo trabajaba, y tenía que verlo con regularidad. Él había estado trabajando durante mucho tiempo, y su situación económica era buena. Pero el alcoholismo le estaba minando su cuenta, además de los gastos en que incurría para mantener al amante de turno.
Pepe era mayor, pero no hasta el punto de que su prematura jubilación estuviese justificada. Su vida transcurría entre idas y venidas continuas a y de los bares de la localidad, y a la búsqueda de posibles parejas a las que no podía conquistar.
Un día me lo encontré charlando animadamente con un grupo de inmigrantes marroquíes, pero luego supe que no había conseguido su propósito amoroso. De modo que su vida pasara entre desengaño y desengaño, y borracheras que, a veces, lo conducían al ambulatorio del pueblo.
Yo era de los pocos que mantenían amistad con él. Era imposible despreciarlo, pese a la mala prensa que lo precedía. Me parece terrible que en aquel pequeño municipio un hombre como aquel fuese tan vilipendiado, cosa que le hacía sentirse sumamente solo.
Mi actitud amistosa hacia él hizo levantar sospechas en algunos de los habitantes, los cuales pudieron haber pensado que había algo sentimental entre nosotros. Ello me molestó, mas no fue impedimento para que yo conservase mi posición amistosa para con esa persona.
Me marché de allí por motivos laborales, y no he vuelto a tener noticias suyas. Espero que tan desdichado hombre haya encontrado sosiego y felicidad en su vida.
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2 comentarios:
La homofobia y los prejuicios, siguen haciendo mucho daño.
Saludos
las miserias humanas, vistas a través del microrelato
saludos
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