Ya les conté en anterior ocasión la acción de Juan Ruiz para poner a salvo a una familia judía en la Francia ocupada.
Como dijimos, nuestro protagonista tenía una novia, también miembro de la Resistencia, llamada Juanita.
Era una muchacha de rasgos hermosos y poseía conocimientos. A pesar de su origen humilde había estudiado la carrera de Magisterio, y había ejercido durante un breve tiempo, hasta que el Ejército nacional entró en el pueblo donde residía. Sabida es la hostilidad del régimen sublevado contra los maestros de escuela, a los que acusaba de divulgar entre los niños las "erróneas" ideas de la República.
Juanita pudo atravesar la frontera francesa y encontrar refugio. Allí conoció a Juan y éste quedó prendado pronto de ella. Él era un joven inteligente, pero falto de cultura, y admiraba y aceptaba los consejos de ella, quien, además, hablaba francés perfectamente, por lo cual pasaba por ciudadana del país.
Esto le permitía moverse con soltura tanto en zonas urbanas como rurales, y así conectar con sus compañeros de la Resistencia y proporcionarles información.
Tuvo noticias de una redada que se preparaba por la Gestapo para capturar a un grupo de judíos en la pequeña sinagoga de la ciudad. No muy lejos había un convento de monjas, con cuya madre superiora mantenía amistad nuestra Juanita.
Esto le dio pie para pedir a la religiosa que ocultase durante un tiempo a los judíos que pudiese, hasta que fuera posible ponerlos a salvo fuera de Francia.
Así se hizo, y los buitres de la Gestapo con sus colaboradores franceses encontraron que sus presas habían volado.
Lo que sucedió después y cómo pudieron Juanita y su novio terminar la liberación de aquella gente lo veremos en un próximo relato.
2 comentarios:
me ha gustado tu relato
Gracias, Damy. No creo que tarde mucho en escribir otro. Saludos.
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