Quiero narrar historias con moralejas y sin ellas, así como expresar mis pensamientos sobre este mundo en que vivo a través de mis artículos de reflexión
CUENTOS POR CALLEJAS
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martes, 28 de julio de 2015
CORDOVA
Cuando estaba en el Bachillerato se nos decía que en el siglo XVIII España se encontraba en decadencia, posiblemente porque Carlos III, "un rey mediocre", nos decían, estaba al mando.
Pues el caso es que en aquel siglo era nuestro país todavía una potencia de mucho peso, para disgusto de los ingleses, que empezaban a construir su Imperio a base, sobre todo, de los mordiscos dados a Portugal y España.
En el siglo citado los navegantes hispanos ya habían recorrido prácticamente las dos costas de Norteamérica, pero un Gobernador de California decidió establecer alguna colonia en la lejana y casi despoblada Alaska.
No sé lo que pensaron los rusos, que eran los dueños de aquel territorio por entonces, pero supongo que no lo consideraban de gran valor.
Así que en la costa del Golfo de Alaska se fundaron dos establecimientos llamados Valdez y... ¡Córdova! Lo pongo con admiración por la sorpresa que me produjo ese nombre entrañable en un sitio tan lejano.
Existen otras "Córdobas" en América, pero ésta de la que hablamos es la más septentrional... y fría.
¡Qué contraste entre nuestro tórrido verano y el delicioso estío de la hermana alaskeña! Sobre todo, destaca que luzca su bello nombre cerca del Círculo Polar Ártico.
Por si pilotan un barco o un avión ahí van las coordenadas de Cordova: 60 grados 33 minutos latitud Norte, 145 grados 46 minutos longitud Oeste.
Otro modo de llegar es ir desde Anchorage hacia el Sudeste un poco, o sea, abajo a la derecha.
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