CUENTOS POR CALLEJAS

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sábado, 20 de noviembre de 2010

POLÍTICA EXTERIOR ESPAÑOLA (FINAL)







Dicen que las comparaciones son odiosas. No lo creo así. Las comparaciones sirven para analizar aciertos y errores y sacar conclusiones.

El caso de la política exterior francesa me parece paradigmático, ejemplo para nuestros políticos y, comparativamente, vergüenza para nosotros.

Francia ha mostrado astucia, finura, decisión e inteligencia. Unos modelos que la han llevado siempre al logro de sus objetivos; yo diría que con champaña y sonrisas. Por algo el idioma francés ha sido la lengua de la diplomacia durante mucho tiempo.

No repasaremos la historia de Francia desde el inicio de la Era Moderna. Fijémonos sólo en lo sucedido desde la II Guerra Mundial. Nuestros vecinos fueron rápidamente invadidos por el ejército alemán y la reacción de la población resultó más bien pasiva. Una parte importante de los franceses simpatizaban con la ideología nazi. El Gobierno de Vichy colaboró en gran medida con el III Reich y lo demuestran los 100000 judíos franceses entregados por la policía gala a la Gestapo. Un amplio sector de la población colaboró descaradamente con el régimen nazi.

Pero he aquí que nació un movimiento de resistencia contra la ocupación alemana y fue obra de los exiliados españoles. Dicho movimiento fue iniciado y mantenido en su mayor parte por aquellos republicanos españoles que, pese al mal trato recibido en Francia, no dudaron en combatir a las fuerzas alemanas.

Algunos franceses, avergonzados por el ejemplo dado por aquellos valientes, se unieron a la Resistencia y, naturalmente, se atribuyeron el mérito de plantarle cara a los nazis. Con posterioridad, los historiadores y medios de comunicación galos hicieron lo posible por ocultar estos hechos y propagar la idea de que la Resistencia en Francia fue obra heroica de los propios franceses. Con esto trataban de justificarse ante sus aliados americanos y británicos.

Acabada la contienda, Francia consiguió una zona de ocupación en Alemania, que indudablemente no merecía. Aun con la oposición de Stalin, Churchill logró que así se hiciese. Ya temía bastante a De Gaulle.

Pero ahora viene lo bueno. Aunque contaba con uno de los partidos comunistas más numerosos de Europa, o precisamente por eso, recibió Francia una enorme ayuda económica de USA encuadrada en el Plan Marshall. En un momento dado, el Gobierno francés exigió que ello se materializase con el valor tangible del oro, de modo que de Fort Knox hubo que sacar una buena cantidad de lingotes del preciado metal con destino a tierras francesas. Si esto no merece aplausos para nuestros vecinos, que alguien me lo diga.

Después, durante la Presidencia del General De Gaulle, su Gobierno ordenó que se desmantelaran las bases militares norteamericanas en Francia. Aquello provocó furiosas protestas de Estados Unidos pero éstos cedieron ante las demandas gálicas.

La República franca siguió recibiendo sustanciosos créditos estadounidenses y se hizo respetar. ¿Hay alguien que lo haga mejor?

Quitémonos el sombrero, o la boina, ante los políticos que hay al otro lado de los Pirineos.

domingo, 7 de noviembre de 2010

POLÍTICA EXTERIOR ESPAÑOLA (IV)




Entramos en el siglo XX. España dejó de ser una potencia colonial. Perdimos mucho del reparto de África en la Conferencia de Berlín de 1878. Otra vez por nuestros incompetentes políticos, pero en esta ocasión acabó siendo ventajoso, librándonos de las guerras coloniales habidas después de 1945. Nos quedó, eso sí, el asunto de Marruecos, que tanta sangre y dinero costó al país.

Un punto a favor: España se ahorró la Primera Guerra Mundial, lo cual derivó en buenos negocios para comerciar con los países en conflicto. Capítulo interesante fue la creación de la Oficina Pro Cautivos. Estupenda y magnífica iniciativa del Rey Alfonso XIII, cuya labor sirvió para localizar cientos de miles de prisioneros de ambos bandos y también salvar miles de vidas. Una obra que duró hasta 1922. Pero fue cosa personal del Monarca y costeada con su pecunio.

Terminada nuestra terrible Guerra Civil, el Gobierno de Franco estuvo a un milímetro de entrar en la Segunda  Guerra Mundial. España se libró, mas su prestigio quedó malparado al finalizar la conflagración por haber "coqueteado" con nazifascistas. Además del envío de la División Azul como contribución a la causa nazi.

Hago ahora un inciso sobre la mencionada Guerra Civil. De todas las torpezas que se pudieron cometer, considero que hay que destacar la entrega a la Unión Soviética de 570 toneladas de oro del Banco de España, que ordenó el Ejecutivo de Juan Negrín.
Curiosa transacción aquella que  efectuó el pago para unas remesas que en su mayor parte no se realizaron por causa de las vicisitudes bélicas. No obstante, pienso que una vez más nuestros políticos hicieron gala de nuestro espíritu quijotesco.

Pasando por alto otras cosas sucedidas en la dictadura de Franco, fijémonos en el lamentable caso de la cesión a Marruecos del territorio del Sahara Occidental. España defraudó a los saharauis con aquella estúpida entrega y quedó en mal lugar con numerosos países árabes que apoyaban la independencia de aquel territorio africano.
Marruecos se regocijó con la debilidad de nuestro Gobierno y posteriormente le "dio las gracias" al Estado español con la larga prohibición de pescar en sus costas, incluidas las saharianas.

En la actualidad sólo somos un satélite de Estados Unidos, con categoría de segunda división.

Para llorar, créanme.