CUENTOS POR CALLEJAS

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domingo, 6 de noviembre de 2011

BREVE HISTORIA DE UNA MUJER CAMIONERA




Ana María era una muchacha de origen humilde que trabajaba de lavacoches en una gasolinera. Su aspecto era más bien basto, pero la chica era muy trabajadora y simpática. Se había inscrito en un curso que ofrecía la Administración de Andalucía para trabajadores que quisieran obtener un título profesional.

Eran estos estudios para llegar a ser conductor de camiones de gran tonelaje, de ámbito internacional. Ana María estaba ilusionada con ese proyecto, y yo le impartí clases junto a otros catorce alumnos.

Pasaron las semanas y unos meses; los exámenes se avecinaban. Ana María se encontraba nerviosa y me decía lo contenta que estaría con su nueva profesión.

Llegado el primer examen, Ana María suspendió. Sólo ella y otro compañero no habían pasado la prueba. Con ojos llorosos me dijo:

-- Ya ves, a pesar de tanto esfuerzo no he sido capaz de aprobar. Mi madre dirá que soy una inútil.

-- No eres una inútil, doy fe. Trabajas muchas horas en la gasolinera y aún te queda tiempo para estudiar con entusiasmo. Eres una persona inteligente y responsable. Incluso en los momentos de descanso te has dedicado a escribir ejercicios mientras tus compañeros tomaban café y fumaban un cigarrillo. Mereces aprobar.

-- ¡Ay, Fede! No basta con merecerlo; tenía que aprobarlo.

-- ¡Ánimo, Ana María! Nos queda otro examen de recuperación. Confía en que lo conseguirás.

Tres semanas más tarde, Ana pasó la convocatoria. Inmediatamente, se puso a hacer las prácticas que igualmente superó, con muy buena nota.

Dejé de verla para iniciar otro curso en otra localidad. Mas un día iba yo por la autovía, y en sentido contrario se acercaba un enorme camión con un claxon ensordecedor, el cual sonaba como un mugido. Una conductora asomaba el brazo con gesto de saludo. Era Ana María, quien había reconocido mi coche a distancia.

Ahora ella tenía un trabajo que le gustaba; muy bien remunerado, además. Me alegré por su felicidad. Y en mi corazón le estaba agradecido.

Sí, porque de aquella joven humilde aprendí lo que son la valentía y la auténtica voluntad de superación.

La vida siempre será la mejor maestra, indudablemente.

14 comentarios:

Anónimo dijo...

Completamente de acuerdo. Trabajar en algo que te guste, que te ilusione,y que a la vez sea tu fuente de ingresos, es una compensacion y esta tocaya mia, por su entusiasmo y voluntad, lo merecia.
Recibe miss saludos.

Anónimo dijo...

la vida es la MAESTRA, de los destinos!bellisimo post!
un saludo,gracias por estar!
lidia-la escriba

Émile dijo...

Da gusto encontrar entre las filas antiimperialistas a personas interesadas en algo más allá de la vida de todos los días. Un saludo.

Anónimo dijo...

Fede,no tienes por que tratarme de usted,soy una persona mayor,56 años,para 57, tengo un hijo de 36 ,recién cumplidos, pero no soy una estatua de marmol,soy sencillamente una mujer!
GRACIAS!
BESOS
lidia-la escriba

lichazul dijo...

es un relato muy bueno y plantea una realidad de muchas
felicitaciones
hace un tiempo por la tele pasaron el caso de una chica que es camionera, cuantas historias, cuantas mujeres se hermanan desde la óptica del esfuerzo y desde el destino más duro
siempre a la mujer le ha tocado el triple de más pesado el camino y en estos tiempos sigue siendo igual aunque en muchos lados se disfrace , en la realidad la dureza se palpa britalmente

desde Chile un abrazo grande
gracias por tu huella
ten una semana genial

Carmen Silza dijo...

Que gozo trabajar en lo que a uno le gusta....Un post hermoso....Gracias Federico por tu visita a rodar y volar,es un placer contar contigo,te visitaré a menudo..Un beso

omar enletrasarte dijo...

muy bien logrado,
saludos desde Uruguay

Midala dijo...

Qué bonita historia con final felíz.Dicen que el que la sigue la consigue y...la mujer de tu relato,al final lo consiguió.Enhorabuena por este relato, del que saqué la conclusión de que hay que trabajar en lo que a uno le guste y pelear por ello con tesón y alegría.Mil besitos

Anónimo dijo...

La perseverancia y la pasión que ejercitemos en aquello que queremos dará la nota final. Ciertamente la vida no es para los resignados sino para aquellos que prueba tras prueba sortean las dificultades y se superan.
Gran mensaje.
Saludos.

Anónimo dijo...

Gracias por comentar en mi blog, pues de hecho tambien me llamo mucho la atención tu blog, esta lleno de emociones, historias que nunca las había leido.

Buen blog, de hecho ahora mismo me convierto en tu seguidor.

gracias

FEPETE dijo...

También yo te sigo, Junior. Un abrazo.

FEPETE dijo...

Y, por supuesto, un agradecido abrazo para cada una de las demás personas que han dejado aquí sus muy valiosos comentarios.

Anónimo dijo...

Ahora como pusiste un enlace a mi blog... de hecho te pongo un enlace en mi blog.

gracias

FEPETE dijo...

Gracias a ti, Junior.